Hace poco me preguntaron si los valores esenciales son negociables. Enseguida mi mente contestó: “No, no son negociables”. Pero ¿Qué pasa si te piden algo que vaya en contra de ellos a cambio de la integridad o de la vida de alguien que amas?
Inmediatamente cambié de opinión y entendí que sí son negociables en ciertas circunstancias; sin embargo, solemos creer que esa negociación está condicionada a una situación extrema como la planteada en la pregunta, pero la verdad es que no es así, todos los días la vida nos obliga a ser flexibles y muchas veces sin darnos cuenta los traicionamos o adaptamos a las circunstancias.
Por miedo, seguridad, por prudencia mal entendida ¿Cuántas veces hemos volteado para otro lado cuando somos testigos de una injusticia? ¿Cuántas veces hemos tolerado actitudes, comportamientos o comentarios que van en contra de lo que pensamos solo porque van dirigidas a otras personas? ¿Cuántos siguen siendo nuestros amigos aunque ya no vibren con nosotros? ¿Cuántas relaciones tóxicas? ¿Quién está o ha estado en una empresa o con un cliente cuyos valores no empatan con los suyos solamente porque necesita el trabajo? ¿Cuántos hemos sido testigos silenciosos de actitudes machistas y no hemos dicho nada porque son cosas de pareja o por prudencia?
La vida no es negra o blanca, en medio hay una gama de tonalidades casi infinitas. Ser purista y no traicionar jamás que lo pensamos y creemos es prácticamente imposible. Terminaríamos viviendo aislados o peleados con la gran mayoría de la gente. Con esto no quiero decir que no valga la pena tener valores o que no sea importante respetarlos y ser congruentes. Todo lo contrario.
Lo que quiero decir es que debemos ser más compasivos con nosotros mismos y no culparnos, juzgarnos o recriminarnos cada vez que las circunstancias nos obliguen a negociar nuestros valores o ser más flexibles ante la vida, como tampoco debemos hacerlo con los demás.
Tener muy claros nuestros valores y vivir acorde a ellos se llama integridad y el ser íntegros, nos permite tener muy claro hasta dónde somos capaces de negociar, qué estamos o estaríamos dispuestos a negociar y por qué, bajo qué circunstancias y qué definitivamente no podríamos permitir o permitirnos hacer.
Si es posible negociar nuestros valores ¿Hasta dónde somos capaces de hacerlo?
Me gustaría leer tu opinión ¿Qué piensas los valores son negociables? ¿Por qué sí, por qué no? ¿Bajo qué circunstancias?
Foto de Mostafa Saeed en Unsplash


